jueves, 9 de diciembre de 2010

Tapas checas: Utopenec y Nakládaný Hermelín

¡Hola a todos! Qué bien sienta despertarse temprano y encontrarte con que te cancelan a última hora la clase por la que te has levantado. Sobretodo si te la siguen pagando, claro...

Bueno, antes de meterme en faena y a modo de resumen de estas últimas semanas, deciros que me puedo quejar de muy poco, lamentablemente. Cada vez tengo más trabajo y ya tengo toda la semana completa.
Aparte de esto, ya estoy plenamente familiarizado con los temas nieve y frío. Mis anteriores esquemas mediterráneos han tenido que actualizarse así como mis sensaciones térmicas. Ahora, cuando me levanto y miro el termómetro, si veo de 0 a -4ºC me parece normal y salgo acorde a la calle: camiseta, chaquetita y chaquetón, nada de escándalos.
De -5ºC a -9ºC ya incorporo un segundo par de calcetines y me enfundo el gorro del chaquetón.
Y en casos como el del fin de semana pasado, que me fui con un amigo a su casa de campo ( en checo chata o chalupa) y el termometro variaba de -11ºC a -15ºC, adopto la táctica "No salgas de casa ni por asomo" que también es bastante fácil de aplicar.

Aún así, terco de mí, mi estado de semiembriaguez me hizo salir de esa chalupa a la 1 de la mañana para admirar un bonito lago a escasos 60 metros de la misma. Bien, la sensación fue bonita al principio. Me despertó. A los 20 segundos ya empecé a notar un calor que pasó de soportable a insoportable en 20 segundos más para acabar en un "no me siento las manos" que me llevó casi corriendo de vuelta a casa.

Aparte de esto también practiqué esquí de fondo por primera vez y creo que este finde repetiré.

En el ámbito de vida social y contacto con lugareños, también estoy contento porque ya tengo 3 o 4 amigos checos, cosa que no esperaba en los escasos 4 meses que llevo aquí. Y esto, unido a que cada vez estoy aprendiendo más checo, hace que cada día me sienta más cómodo por aquí, aunque los malentendidos y las confusiones absurdas están a la orden del día.

Bueno, volviendo al tema que nos ocupa, voy a explicaros un poco las dos tapas típicas checas que podréis encontrar en cualquier hospoda de por aquí.
Las hospodas son los bares donde los checos van a tomarse una(s cuantas) cerveza(s) y a reunirse con sus amigos. Normalmente son lugares donde no se cocina pero por lo general en todos se pueden encontrar estas dos tapas frías de las que hablaremos: el utopenec y el nakládaný Hermelín .


El utopenec, sobre el que no me extenderé demasiado porque no es santo de mi devoción, es un embutido (una especie de mortadela) que se marina generalmente en vinagre con cebolla, ajo y feferonky (un tipo de pimiento picante).
Esta tapita será la reina de los amantes de los encurtidos y la mortadela de olivas. Lo que está bien es también el precio. Normalmente vale entre 20 y 25 coronas (entre 0'80 y 1 euro) servido con pan.

La otra tapa es mi tapa y casi plato favorito checo, el nakládaný Hermelín.
El hermelín es el nombre checo para el queso tipo camembert. En los supermercados se vende en diferentes tamaños y con diferentes especias y, a diferencia del francés, es bastante barato.
Las dos maneras típicas de comerlo son smažený (rebozado) o nakládaný (marinado).

Lo bueno de este tipo de queso es que, al ser cremoso, absorbe muy bien el sabor de las especias. Tengo que decir que a mí el camembert solo me parece un poco soso, pero marinado de esta manera me encanta.

Bueno, paso a relataros los sencillos pasos para preparar el nakládaný Hermelín, por si os animáis.

Ingredientes para el nakládaný Hermelín (hay muchas recetas y la mía enfadaría a los puristas checos. Si queréis podéis ver las recetas originales en esta página, en checo ;)

Queso tipo camembert
Ajo
Cayena (molida)
Pimentón Dulce
Olivas negras y verdes 
Cebolla
Hierbas Provenzales
Hojas de laurel
Aceite de girasol
   
Pasos
1- Abrid los quesos por la mitad y espolvoread con cayena y un poco de pimentón dulce. Cortad los ajos a tiras y ponedlos encima de una de las dos mitades (en los de la foto me faltó espolvorearles el pimentón. Si os pasa, da igual porque podéis añadirle el pimentón al aceite posteriormente).
2- Cerrad los hermelín con ayuda de palillos.
3- Cortad la cebolla en juliana.
4- Provistos de un bote de cristal, id metiendo los hermelín dentro a capas: un hermelín, un poco de cebolla, unas olivas, una hoja de laurel y un poco de hierbas provenzales, y así sucesivamente.
5- Cuando lo hayáis metido todo dentro, recomendaría que espolvoreaseis una vez más todo con cayena. Y si os gusta el ajo, que incorporaseis algunos ajos crudos más(estos enteros).
6- Después de esto sólo queda rellenar el bote con el aceite de girasol hasta "ahogar" a todos y cada uno de los hermelín. (Sádico y fácil, ¿no?)


Realizados todos los pasos anteriores sólo queda tapar el bote (idealmente con una tapa pero estos, por ejemplo, están con papel de film y una goma elástica) y guardar en un lugar fresco y seco.
El tiempo de marinado va de la semana a las tres semanas, más o menos. Recomiendo que no los comáis hasta que no haya pasado por lo menos una semana porque si no, todavía no se habrán empapado del sabor de las especias.

El precio del nakládaný Hermelín en las hospodas va de 30 a 55 coronas (de 1'2 a 2'2 € más o menos) servido, como el utopenec, con su pan.

Bueno, ya se acerca la navidad y el día 22 vuelvo a casa. Espero veros muy pronto y también espero que me perdonéis la dejadez del teléfono, el skype y los e-mails. Pienso mucho en vosotros aunque no lo refleje el código binario.

Y felicidades a los profes en Cataluña que he leído que los resultados del informe PISA  en esa comunidad han mejorado mucho. 

Cuatro valencianos repartidos por aquí y por allá y se acaba la incultura en el mundo en menos que canta un gallo. ¡Ni Obama,tú!


Besos y abrazos.




sábado, 20 de noviembre de 2010

Taneční



Taneční consiste en un curso al que la mayoría de jóvenes de 16 años checos asisten para aprender a bailar. Cuando ya han asistido a varias clases, invitan a sus padres, amigos o a cualquiera que quiera ir (previo pago) a asistir como espectadores.


Como véis, el curso se realiza en unos salones bastante lujosos, concretamente aquí en Plzeň en Měšťanská Beseda, edificio de estilo neorrenacentista y decoración  secesionistamuy extendidos en las ciudades de Europa Central y del Este.


Los padres y familiares se posicionan, cámara en mano, en todos los lugares del salón (hay a pie de pista y palco) para conseguir la mejor instantánea de su hijo, que tras su posterior enmarcado, pasará a decorar las paredes o muebles de los salones checos (más o menos como nuestras fotos de la comunión pero con unos añitos más, que creo que picará más verla colgada...).

En el taneční al que fuimos, invitados por Tomaš, además de la maratoniana sesión de baile (entre 2 y 3 horas),  pudimos ver un espectáculo por parte de unas niñas de entre 7 y 11 años que me recordó a la película Little Miss Sunshine. 


Tras la supersesión de baile y el espectáculo de las niñas, los bailarines invitaron a la pista a sus padres y madres que bailaron un par de canciones con sus retoños para regocijo general.

Como fin de fiesta, nos permitieron saltar a la pista a todos: familiares, conocidos, no conocidos, patos... y le dimos el punto y final a la velada.


Aparte de esta tradición del tanecní a los 16, cuando acaban el gymnázium (instituto de secundaria) y se graduan, montan otra gala de etiqueta, el Maturak, en la que preparan una coreografía para familiares y profesores.
A ésta también nos han invitado los alumnos del instituto donde damos clases, así que el 11 de diciembre me toca otra vez vestirme de traje, ponerme corbata (aquí aún triunfan las pajaritas) y sacar al pato que llevo en mí.

Es lo que tienen las tradiciones...

P.D. La próxima entrada (que tardará menos que ésta) viene con receta checa incluida para los amantes del queso.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La cerveza checa

Cristian, Jaime y tres rubias checas
Aprovechando la refrescante visita de Cristian y Jaime (¡visitaca!), voy a ponerme serio para hablar de uno de los temas que nos interesan de verdad: la cerveza checa.
Los checos, vecinos de los alemanes, presumen de ser el país con mayor consumo de cerveza del mundo.
Aquí en Plzeň, la Pilsner Urquell es la cerveza más bebida de la zona aunque la cantidad y calidad de las cervezas checas de pequeñas cervecerías artesanales (las hay a montones) dejarán satisfecho al sibarita maltolupular más exigente.

Según cuenta la historia (o por lo menos el museo de la cerveza al que fuimos), fue un maestro cervecero bávaro quien inventó el tipo de cerveza pilsener en la ciudad de Plzeň allá por el año 1842.

Desde entonces, este tipo de cerveza se ha expandido por todo el mundo y más del 70% de las cervezas mundiales actuales son tipo pilsener.

Una de las curiosidades de la cerveza checa es el sistema de graduación que utilizan para clasificar las cervezas. Las hay, sobre todo, de 10º, 11º y 12º que representarían para nuestra escala entre 4º y 5'4º de alcohol por cerveza.
Esto se debe a que los checos históricamente utilizan el sistema de graduación Balling para medir la concentración de azúcares fermentables en el mosto (que era la base histórica para calcular los impuestos de la cerveza). Además de esto, antiguamente y hasta que la cerveza lager tipo pilsener se impuso, las cervezas se vendían sin filtrar (sin quitarle las levaduras) con lo que entre el momento de embotellado y el de consumo la graduación alcohólica podía todavía subir.

La de la foto es una Pilsner Urquell (llamada aquí Prazdroj, fuente en checo antiguo) sin filtrar, por lo que se aprecia el color turbio de las levaduras.


También me parece curioso cómo se piden normalmente las cervezas en los bares. En España se pide una cerveza, una marca o una medida pero aquí se pide según su sistema de graduación. Como mi preferida es la de 12º,  siempre pido "dvanacku" (la de doce).
En cuanto al sabor, y sin querer entrar en sutiles aromas, creo que salta a la vista el amargor del lúpulo y, sobre todo, el menor contenido en gas que el de las cervezas españolas. No sé si será porque cambias el chip cuando llegas a otro país, pero las cervezas aquí entran como el agua...

En cuanto a la historia reciente de las cervezas checas es tan curioso como triste comentar que, de las múltiples cervecerías públicas que había en tiempos comunistas (hasta el 1989) hoy en día sólo queda una, la popular Budvar de České Budějovice.

Los tiempos de abertura económica y de dinero fácil del capitalismo llevaron incomprensiblemente al estado checo a vender la cervecería Pilsner Urquell a un empresario japonés que, a su vez, acabó revendiéndola a una multinacional surafricana. Esta multinacional cuenta hoy en día con más de 200 marcas de cerveza de todo el mundo.
Poderoso caballero es Don Dinero...

No obstante, aún queda una marca que ha resistido los envites del nuevo sistema político, la Budvar o Budweiser de České Budějovice.

Y ahora viene la pregunta. ¿No es Budweiser una cerveza americana? Y la respuesta tonta: sí y no.
Conocida la cercanía entre la zona sudoeste de Chequia y Bavaria, los alemanes tradujeron la marca de Budějovice como Budweiser (de Budweis). La historia de esta cerveza se remonta al siglo XIII.

No obstante, en 1876 se empieza a comercializar una cerveza en América con el nombre de Budweiser que, con un método distinto de elaboración, pronto empieza a tener éxito en el mercado mundial.
Este problema de marca ha llevado a las dos compañías a numerosos litigios en Europa y Estados Unidos sobre quién puede promocionar su cerveza con el nombre de Budweiser.


En Europa: Bud americana a la izquierda y Budweiser checa a la derecha


En Estados Unidos, la marca checa ha tenido que cambiar su nombre por el de Czechvar para comercializarse mientras que en Europa (aunque no de igual modo en todos los países) la americana ha tenido que prescindir también de su nombre “original” para venderse como Bud.


Daniela se acaba de enterar de que la última Bud era americana. Cristian, impasible.




Bueno, creo que volveré al tema de la cerveza alguna que otra vez porque es uno de esos temas checos que da para largo y no puedes explicar en una sola entrada.

P.D. Dejo unas cuantas fotos de la visita de Cristian y Jaime en el álbum de fotos del menú de la derecha.  Aprovecho para pedir los derechos a Martinez (copyright) para que me deje colgar sus fotos en mi blog.

P.D. También os echamos de menos. Por cierto, desde que os habéis ido no ha hecho ni un día de sol.

viernes, 22 de octubre de 2010

...o el doloroso proceso de aprender checo









Para empezar con este blog sobre mi vida en la República Checa creo que es conveniente hacerlo con una entrada sobre la lengua vehicular de mi estancia, o sea el checo.
El checo es una lengua eslava occidental que se escribe con el alfabeto latino y algunos signos diacríticos propios. Es una lengua basada en la declinación con 7 casos diferentes: nominativo, acusativo, genitivo, dativo, instrumental, locativo y vocativo. Como particularidades de esta lengua están el fonema [r̝], único en lengua checa, o también algunas palabras (bastantes) con ausencia total de vocales.
Sin ir más lejos, la foto que acompaña la entrada es un trabalenguas que significa literalmente “métete el dedo a través de la garganta”, con lo que os podéis imaginar las complicaciones que se van sumando a la hora de aprender la lengua checa o

č
eština.
Estas dificultades y otras, en mi opinión mayores, como son el número de hablantes del checo (unos 10 millones), o el hecho de que una grandísima parte de la población autóctona hable idiomas extranjeros (sobre todo inglés, pero también alemán o ruso) hacen que la enorme mayoría de extranjeros prescinda del aprendizaje del checo.
Es muy normal encontrar extranjeros que llevan un par de años por aquí y cuyo vocabulario checo se limita a děkuju (gracias), prosím (por favor) o ještě jedno pivo (otra cerveza).
En mi opinión, esta elección es bastante contraproducente ya que acabas viviendo en tu burbuja en un país extranjero, con un grupo de amigos de tu misma nacionalidad o lengua, llevando un tipo de vida que poco tiene que ver con el sitio donde vives.

Recuerdo las veces anteriores que vine a la República Checa (algunas vacaciones con Daniela, algún fin de semana) lo mal que me sabía estar con sus amigos checos sin entender ni una palabra. Ellos, simpáticos, me hablaban a veces en inglés o en español para que no me aburriera. Pero,¿qué voy a hacer? ¿Esperar siempre un poco de clemencia lingüística para relacionarme? Samozřejmě ne!

Aunque llevo poco tiempo por aquí creo que ya he aprendiendo algo de checo. Por ahora os ahorraré los malentendidos lingüísticos que he tenido en clase (sólo esta semana ya llevo dos de los graciosos), pero en estos dos meses ya noto la diferencia entre los primeros días en que no entendía nada y ahora en que, aún siendo malísimo y no entendiendo casi nada, ya capto trozos de conversaciones en la calle, en el tranvía, entre los alumnos, ya entiendo la carta de los restaurantes (bastante importante) y ya me manejo en la cafetería o en el supermercado.

Y tampoco está de más comentar el placer que esto da después de unas primeras semanas de penurias en que estaba más perdido que un pulpo en un garaje.

Bueno, ya os sigo contando algo más en una próxima entrada.
Muchos besos.

P.D. Os dejo un par de archivos de audio grabados por Daniela.

El primero son algunas palabras con el fonema [r̝] : Čtyři (cuatro), Koření (especia), samozřejmě (por supuesto)
Y el segundo es el célebre trabalenguas sin vocales: Strč prst skrz krk
(Para los lingüistas, en estas palabras sin vocales la l y la r son las que tienen la función de núcleo vocálico).

P.D. 2 Los grados empiezan a bajar poco a poco y ya empieza a notarse que esto es Centroeuropa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Bienvenidos a la República Checa - Vitejte v Česke Republice


Náměstí Republiky - Plaza de la República de Plzeň

Podzim v Čechách - Otoño en la República Checa


¡Hola a todos y todas! Hoy hace justo dos meses que desembarqué(es un decir) en la República Checa con el firme propósito de quedarme a vivir en estas tierras por un tiempo. Además de esto, también me propuse crear un blog en el que poder contar mis experiencias en este país.
Como introducción, y sin que sirva de precedente, daré algunos datos biográficos que justifiquen mi llegada a estas tierras aún no tan frías.
El primero y más contundente es que mi novia es checa.
El segundo es que nunca me ha gustado pasar demasiado tiempo en un mismo sitio(y menos en un mismo país).
Y el tercero, aunque podría nombrar otros, es que mi novia me ofreció venir a dar clases de castellano a su ciudad natal, Plzeň, logrando que se alinearan el primer y el segundo dato.

Haciendo caso omiso a mi neurona de las decisiones pausadas, y sin saber casi nada de checo...que ya sabéis que es una lengua facilísima, llevo ya un par de meses por estas tierras (post-ocupación nazi, post-Segunda Guerra Mundial y post-ocupación soviética) felizmente instalado.
Dejando ya de lado mi biografía, en este blog intentaré comentar lo que me parezca más curioso de la vida y cultura checas.